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domingo, 17 de junio de 2012

Healing the broken soul (Prefacio)

La vida está compuesta por miles de pequeñas historias que son contadas cada día, desde el momento mismo de tu concepción, tiempo del que te contarán los “hiciste” pasar a tu madre mientras estuviste en su vientre, eso ya es parte de tu historia, pero todas esas miles de historias que conforman tu vida tienen donde comenzar; la que les contaré inicia en el  Aeropuerto Internacional  de Tokio, o más comúnmente conocido como Aeropuerto de Haneda, durante la más inclemente tormenta de nieve en lo que iba del invierno. Los vuelos a Seúl  y a cualquier parte del mundo habían sido cancelados, no quedándole a los pasajeros más opción que esperar. Entre los vuelos que se cancelaron fue el de la aerolínea Korean Air Lines: Seoul,y entre la gente una mujer de lisa cabellera castaña, que discutía acaloradamente con alguien por medio de su celular.



-¿Quieres qué cosa?-grito prácticamente ganándose algunas mirada indiscreta que la orillaron a tomar su maleta y alejarse un poco de la multitud- ¿Estás mal de la cabeza? No sé ¿Te golpeas con un amplificador o chocaste en la moto? ¡Algo así me explicaría tu falta de vergüenza!-quien está al otro lado de la línea es su novio, Akira Suzuki, aunque entre los seguidores del rock japonés es conocido como Reita bajista de the GazettE- ¿Otra oportunidad?-la mujer miro hacia el techo sin poder creer lo que sus oídos escuchaban, desordeno su cabello con la mano-No se puede…¡No me alces la voz Suzuki!-le espeto con firmeza- yo no fui la infiel-volvió a hablar con calma, para poder controlar su voz- te lo dije… muchas veces-lo inevitable, la voz comenzó a fallarle- te perdono lo que sea menos… crímenes e infidelidades…-en la mente de la pelicastaña sonaban regaños en su contra por querer llorar otra vez por aquel imbécil y peor, que su voz fuera un reflejo de sus necesidad de llorar-Pues parece que lo olvidaste mientras estabas con ella!!-las lágrimas corrían por sus mejillas- No, no estoy llorando… y si lo estuviese es problema mío no tuyo-con el puño de su abrigo seco las lágrimas que caían- Voy a colgar… y Akira, no me llames más-suspiro cansada y herida- por no te contestaré ninguna llamada… tampoco intentes usar a los chicos, eso es un truco sucio. Adiós-y colgó.



Ese lugar no era exactamente un sitio cálido, pero ahora le parecía más frío que nunca. Un escalofrió le recorrió la espalda y un espasmo por el llanto que cobraba fuerza; con paso titubeante avanzo hasta el asiento más cercano, ajena al mundo, incapaz de ver a nadie debido a las lágrimas y al dolor latente en su pecho, que se juraba dejar en ese asiento, que al levantarse de ahí no volvería a llorar por esa persona de la estuvo profundamente enamorada los últimos cuatro años, por quien estuvo dispuesta a renunciar a todo… a su independencia e individualismo incluso, por esa persona que no tuvo reparo en ese profundo sentimiento y se involucró con otra mujer, una modelo de la ella no recuerda ni el nombre.



Ahí se quedó doblada sobre si misma llorando amargamente, sin reparar en que alguien pudiese poner atención en la persona doliente en esa sala de espera.



-¿Estás bien?-la castaña siguió en su ahora más silencioso llanto-¡Ey!… ¿estás bien?-otra vez la misma voz, quizás un poco aguda pero varonil le hablo, poniendo una mano sobre el frágil hombro haciendo que la mujer saltase en su sitio- Este…disculpa, no fue mi intención…-se disculpó el joven, siendo apenas observado por unos ojos marrones irritados y ligeramente inflamados que no repararon realmente el él- Llevas demasiado rato llorando y bueno…-se trató de explicar el joven.



-Yo…este creo…-bajo la cabeza secándose las lágrimas con la manga nuevamente- estoy bien…no se preocupe-prácticamente balbuceó con poca o nada de convicción, quedándose viendo oculta tras su cabello el pañuelo que le ofrecían. Soltando un pesado suspiro recibió el papel-gracias…-con una voz más bien débil dijo.



-¿Sabes? La gente no llora por gusto-el joven le dijo sentándose a su lado- Pero si no quieres decirme porque lloras estás en tu derecho, así como yo estoy en el mío al ofrecerte mi hombro, si es que lo quieres-el muchacho se inclinó un poco hacia ella.



-No tienes por qué…-



-Lo sé y aun así, veo a un persona muy triste que necesita consuelo-



-gracias…-susurro la chica apoyando su frente en el hombro del chico, y así entre llanto y pequeños espasmos fue encajándose en un abrazo protector que duro por varios minutos hasta que la muchacha sintió al dolor retirarse lentamente para permitirle respirar nuevamente con normalidad.



-¡¿Qué se supone que haces?!-una vez la mujer se tranquilizó en la compañía silenciosa de ese joven una voz grave y masculina, la saco de su estado de somnolencia que produce el llanto- ¡llevo casi una hora buscándote!… no sólo yo, ¡el staff completo! Y tú, tu muy tranquilo sentado de abrazo con…-fija la mirada en la chica que se quedó congelada en su sitio- con la señorita…-termino de decir, no quería el pelinegro ser descortés ni mucho menos armar un escándalo ene se lugar.

-Hyung, ya cálmate no es para tanto-se defendió el chico de cabello castaño- Solo… estaba aquí ayudando a una persona que necesitaba ayuda…-argumento con una radiante sonrisa.



-Junsu-ah no eres alguien que puede ir por la vida así, sin más-el chico de la voz gruesa hablo, tratando de calmar su molestia, que luego de tanto tiempo de búsqueda estaba bien alta.



-Disculpe, fue mi culpa-hablo la mujer que hasta entonces se mantuvo quieta, y aun abrazada al castaño- El solo fue amable, no le riña más-su voz parecía carrasposa y cansada luego de tanto llorar. Se acomodó el cabello mirando al joven a su lado, facciones atractivas, buen corte de cabello castaño, ojos avellana brillantes (expresivos), labios rosados bien formados; Ella hizo una pequeña reverencia.



-¿Estás mejor?-le pregunto el castaño.



-Sí, muchas gracias-una sonrisa a la que ninguno de los dos podría llamar como tal, con todas las de la ley.



-Eso es bueno-una sonrisa radiante.



-En serio joven, no le riña-dijo mirando ahora al otro joven, cabello negro ligeramente ondulado (pero mantenido a raya por un buen tratamiento capilar), ojos oscuros de mirada penetrante, labios gruesos y rojos, porte elegante; según la muchacha el corte de todo un conquistador, de esos que ella prefería mantener a sus metros de distancia.



-Está bien, yo no le reñiré señorita, pero no digo lo mismo del resto…-le dijo evitando mirarla a los ojos, se notaba que estuvo llorando mucho, y se sentía mal por haber pensado que era una conquista de su amigo, eso la mujer no lo noto al estar tomando su pequeño equipaje.



-¿El resto?… ¿Por qué me reñirán?-el castaño hizo una especie divertida de puchero que saco un sonrisa a la mujer, se veía realmente infantil.



-¡Por desaparecer sin dar señales de vida ni contestar a tu celular!-le dijo con cierta molestia, o más que anda cansancio el pelinegro- Si va a pedir algún hotel, es tarde los hoteles están todos copados, igual que los hostales-informo al ver que la mujer tenía su equipaje listo para marchar.



-¿Va a su casa?-el castaño.



-Siempre hay amigos cuando no hay hoteles, hostales ni casa a donde llegar-les dijo sonriendo de medio lado.



-¡Oh!, claro-al unísono.



-Muchas gracias joven…-extendió su mano hacia el castaño- fue un gusto conocerle a usted y a su amigo-se quiso despedir. El castaño se puso en pie tomando su mano.



-No soy “joven” soy Junsu, Kim Junsu y él es Park Yoochun-el nombrado hizo un pequeña reverencia- ¿Y tú? ¿Cómo te llamas?-curioso-



-Disculpen por no presentarme-se ruborizo la dama- Park Min Young, pero puede recordarme solo como Min-sin soltar la mano de Junsu aun hizo una reverencia hacia ambos- Ahora me iré antes que sea más tarde…-retiro su mano con gentileza-Espero que nos veamos en alguna otra ocasión…adiós-dicho eso comenzó a alejarse.



-¡Min Young-ah!-la llamo Junsu, la nombrada se giró esperando a que ambos le dieran alcance.



-¿Qué pasa?-sin entender.



-¿Me das tu número de móvil, e-mail y Facebook?-pidió muy suelto de pena el castaño, ella parpadeo un par de veces antes de comprender- Así, sí habrá una próxima vez ¿No crees? Fue idea de Chunnie-delató.



-ah…sí, claro-esos dos en cosa de minutos había logrado hacerla sonreír e días tan tristes, cosa que creía solo podría hacer su hermano mayor (Que por cierto ni siquiera estaba en el país), y claro ahora sonreír divertida por el mal disimulado sonrojo del pelinegro.



Luego del intercambio de datos, ellos se fueron con los de ella, mientras ella se fue con una gran sorpresa al buscarlos y darse cuenta con quienes estuvo hablando todo ese rato. Pero eso ya lo supo al llegar a casa de su mejor amiga en Japón.



-Maki-chan…-llamo desde el sofá donde estaba recostada mirando como la japonesa peinaba a su hija.



-Dime… hija! Queda te quieta sino no acabo!-pidió poco paciente a la niña de tres o cuatro años.



-Los músicos me ligan… no hay como sacarlos de mi vida…-soltó con los labios puestos en trompetilla, actitud que toma solo con amigos cercanos.



-¿Por qué lo dices?… ¡lista!…ahora si vete a jugar-la mujer recibió un beso en la mejilla, otro para Min Young y la niña salió corriendo al patio.



-Aiss que linda es tu hija…-frunce el ceño- Papá, mi hermano, mi cuñada, tu, tu esposo… mis amigos todos músicos, mamá actriz, menos mal, y ahora mismo en el aeropuerto conocí a dos músicos más-apunto el notebook donde había estado mirando por la web.



-Pero te encuentras siempre con los mejores…desde tu cuna ¿No?-bromeo la japonesa desordenándole el pelo- Están guapos… a ver si tienes algo con uno de ellos y te olvidas de esa iguana sin nariz-hablo sincera sonriéndole a su amiga que no hizo más que fruncir el ceño.



-Mejor contesto el teléfono que a ti…-bufo, cogiendo el móvil que hace unos segundos había comenzado  sonar- ¿Hi?… ¿Yoochun-san?…-se fue al otro cuarto, lejos de la risa de su amiga a hablar cómodamente.

                                                                                                                                                                                     Continuara…

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