“¡Corea del sur!...”
“¡Maldita nuestra suerte!...” “¡Corea!...” “¡Somos unas bastardas con
suerte!...” “¡Woah! que grande el aeropuerto…” “Si voy a esa tienda,
definitivamente me perderé, mejor no…” “¿Qué shit dice el cartel?, No entiendo
nada…”, así fueron los pensamientos de un grupo de chicas al pisar suelo
coreano, Hana, una de las mayores del grupo había ganado un premio en el centro
comercial donde compro el vestido de graduación para su hermana menor y la
mayor de sus primas, tenía que escoger a siete amigas para ir a uno de los
destinos del concurso, obteniendo uno de los primeros lugares (El 2º para ser
exacta) de no haber escogido la ganadora del primer premio como destino Japón
seguramente ese hubiese sido el destino de Hana y sus amigas, pero no pudo ser,
sabiendo que a la mayoría de sus más cercanas las haría más que feliz ir a
Corea del Sur tomo este paquete, Dos meses en el país asiático con estadía y
US$100.000 de viáticos, si sacabas la cuenta para siete personas no era
mucho, pero casi todas trabajan y podrían llevar más dinero; Sin olvidar que el
premio este parecía sacado del más descabellado sueño. Para la ganadora no fue
nada fácil escoger entre sus amistades, bueno en realidad la mayoría de los
puestos fueron tomados fácilmente, solo había tenido problemas con un cupo.
-Oye Hana ¿Por qué la cara
de zombi?-pregunto una chica vestida de negro bastante baja, picándole el
hombro con una larga uña azul eléctrico, la agredida levanto su rostro
mirándola con una emoción escrita con grandes letras- ¿Eh? No me digas… ¿aun te
sientes culpable por lo del Jun?-la chica de cabello corto asintió- ¡Serás
tonta! ¡Si no hacías eso Okasan no podría venir, necesitábamos el cupo!...
-Claro como a ti cuando
regresemos te seguirá hablando, en el aeropuerto no se despidió de mi-se
lamentó bajando la cabeza.
-Debiste usar mi cupo si te
ibas a arrepentir-interrumpió una chica alta y delgada- Todavía no entiendo
porque descartaste al Jun y no a mi…
Las otras chicas la miraron,
la de cabello corto con desgano suspiro y se puso de pie, acercándose a
la que hablo ultimo puso su mano en el hombro de esta, dirigiendo a su otra
amiga una mirada cómplice.
-Hayashi, no entiendas, tu
acéptalo simplemente, la que debe complicarse soy yo… -dijo muy segura, casi
con cariño-seguro de regreso Jun me atara a un árbol y le dará de garrotazos o
quizás algo peor-parecía que en un segundo toda la angustia había desaparecido
y ahora simplemente bromeaba con el hecho de que un amigo estaba furioso con
ella, pero su deber como amiga era tratar de sanar el corazón de su amiga,
aunque esta no supiera que ella estaba al tanto de todo. Hayashi, o Hiyaya como
le dicen a escondidas, esbozo el reflejo de una sonrisa en su oscuro semblante,
no era tonta y tenía la certeza que su participación en este viaje tenía mucho
que ver con la influencia de Susubel.
-Está bien-dijo al fin.
-Muy bien, ahora… ¿Las
demás?-pregunto volviéndose a la pelirroja, Susubel.
-Fueron por el equipaje,
para eso venía a buscarte sino luego será muy difícil con tu nulo coreano-lo
que dijo, fue más para burlarse de la mayor.
-Serás molestosa pitufa… los
últimos meses estuve aprendiendo, con ese amigo de la Janushka- se defendió,
pero recibió un puntapié a sus canilla- hija de…-maldijo sobándose la zona
golpeada- ya verás…-la agresora salió huyendo como si fuera una niña de
años y no la mujer de 22años que era, seguida por la otra. Hayashi las siguió
lentamente, sin dejar de avergonzarse de sus mayores, fue empujada por un
hombre alto de piel bronceada y sonrisa perfecta.
-¡Ten cuidado animal!-grito
Hayashi, pero el tipo la miro sin entenderle nada lo que decía, pero
entendiendo por la expresión de molestia de Hayashi que no era nada bueno.
-“Tú también deberías tener
cuidado niña”-le dijo el sujeto en coreano, porque él creía que fue culpa de
ella al caminar sin precaución en un sitio tan concurrido.
-‘¿Perdón?’-hablo molesta,
esta vez en inglés, poniendo sus manos en forma de jarrón a cada lado de su
cadera-‘Tú deberías disculpar pilar andante’-muy bien, Hayashi no estaba siendo
muy amable, pero ella era así, rara vez era amable o complaciente.
El tipo resopló moviendo
unos mechones que caían sobre su piel bronceada- ‘¿quieres decir que yo debería
pedir disculpas?’-pregunto molesto.
-‘¿Quién sino?’-
-‘No me hables así ¿Sabes
quién soy?’
-‘¿Crees que me interesa?’-
-“Niña ignorante”-
-‘¿Te aprovechas porque no
sé tú idioma para insultarme?...cobarde’-
-‘Cobarde
¿yo?...ridículo’-resoplo sin paciencia, claro Hayashi no sabía que él había
tenido ya una semana en la que no lograba dormir bien ni siquiera tenía media
hora de paz en su apretada agenda y que si se le sumaba una extranjera
prepotente, colapsaba.
-‘NO, seguro me digo cobarde
a mí misma’-hablo sarcástica, mirándolo afiladamente, el tipo se sintió extraño
ante esa mirada oscura, si él fuese alguien común y corriente seguramente se
sentiría intimidado, pero no, él era…
“Rain…demonios hombre ¿Dónde
estabas?” apareció un hombre mayor vestido de oficina con un grupo de
guardaespaldas, Hayashi miro con la misma expresión al grupo entrante, por un
segundo los hombres se detuvieron “¿Una Fan?” Preguntó el que encabezaba el
grupo, pero claro Hayashi entendió la última palabra.
‘¿Fan de eso?’-increpo al
tipo apuntando a Rain, con una mueca en su rostro que le hacía creer que
vomitaría en cualquier segundo-‘No me haga enfermar, sino vomitare en sus
zapatos… debería incluirlo en una clase de modales y…’-no siguió con sus
palabras despectivas al escuchar a una dulce voz llamarla.
-ia ayachi-una niña de no
más de tres años corría hacia la morena extendiéndole sus blancas manitas
seguida de un grupo de mujeres.
-‘¿Quién te cree mocosa para
insultar a mi representado?’-hablo al fin el hombre mayor de pie a un paso de
Hayashi, que se inclinaba para tomar en brazos a la pequeña.
-‘La persona a la que su
representado empujo e insulto, y no le ofreció ni un simple ‘disculpa’, esa
soy’ le respondió con toda dignidad, girándose a mirar a la niña que trataba de
llamar la atención de la mujer hace un rato dándole besos en la mejilla.
-‘¿No tienes idea de quién
es?’-la increpo, pero a Rain no le gustaba ese argumento, aunque hace poco lo
había usado él mismo, al escucharlo le sonó molesto y casi humillante.
-¿Qué pasa Hayashi?-pregunto
la pelirroja de hace un rato mirando molesta a los hombres, y nuevamente esa
mirada fría, casi amenazante caía sobre Rain y su compañía pero esta vez en
varias versiones.
-Nada,
es que este tipo-apunto con la cabeza a rain-
me empujo y quiere que yo me disculpe… ¡Ridículo! –explico.
-Sí,
ridículo… mejor vámonos-puso su mano sobre el hombro de su amiga
ignorando a los otros- No arruinemos nuestro primer
día en Corea…-le propuso, pero no se movieron, la pequeña le estiraba
las manos a Rain- ¿Qué pasa Aichuu?-miro
hacia donde estiraba sus manitas la niña.
-api
ein- decía la niña muy contenta. Rain y los otros la miraban sin
entender, el manager instaba al artista para seguir su camino, pero este miraba
la niña que lo llamaba tratando de entender lo que trataba de decir.
-¿qué
dice?-pregunto Hayashi a la pelirroja sin entender.
-Api
ein…-tratando de recordar y entender- ¡AH!
Dice Papi Rain… -mira al tipo- ‘¿Cómo te
llamas?’-pregunto con la calma de alguien que no es fan y es totalmente
ignorante.
-‘Rain
¿Por qué?’-
-Ya
veo…-miro hacia la otra porción del grupo que se mantuvo a distancia al
ver que realmente no pasaba nada grave- ‘No te muevas…
dame un segundo… ¡ah!’-quito a la niña de los brazos de Hayashi y se la
dio a Rain- ‘tenla un segundo…’-él tomo a la
pequeña desconcertado, pero ignorando la insistencia con que su manager le
pedía seguir el camino y maldecía porque tomo en brazos a la niña. Por su parte
Susbel y Hayashi fueron por las demás.
-¿Y la niña?-pregunto la que
parecía ser la mayor, una mujer morena de cabellos castaños y orbes claras,
preocupada.
-Vengan…-les
dijo Susbel a todas- la niña esta por acá…quiero
que veas a quien conoció…-la curiosidad fue grande, y con las maletas de
todas, ya que también habían retirado el equipaje de Hayashi. Las siguieron
hasta donde estaba rain jugando con la niña, muy entretenidos rodeados por la
seguridad del aeropuerto, porque tanto tiempo en ese sitio había llegado un
grupo de Fan. El manager lo regañaba sin éxito por seguir en ese lugar- Okasan ¿Quién es él?-pregunto Susbel empujando a
la mayor hacia donde su hija jugaba con el artista un juego de manos, que él le
enseñaba a la niña.
-asan…mamá…-la niña la reconoció abrazándose a Rain- ia api ein… -le contaba feliz tocando con sus
manitas en rostro de Rain- Api ein… sechi api ein-
remedando o intentándolo por lo menos, viejas frases de su madre, tías y tío.
-Yo…
Dios-murmuro bajando la vista, como si sus zapatos fuesen muy
interesantes.
-‘¿Eres la madre
de la niña?’-pregunto gentilmente Rain.
-¿Eh?
Oh… ‘Sí, lo soy’-tartamudeo, maldiciéndose mentalmente y prometiéndose
que si había otro intercambio de palabras no tartamudearía, por más que la
sonrisa que le estaba mostrando fuese para derretir el polo sur.
-‘Tu
si me… Soy Rain ¿Cómo se llama?...’-Rain se sintió por primera vez en
toda su vida verdaderamente nervioso, estuvo a un segundo de preguntarle si lo
conocía para no tener que presentarse, no quería pasar esa vergüenza, la
sensación que le produjo el tomar en brazos a la pequeña fue cálida, pero la
que siente ahora era mucho mejor.
-‘Sé
quién es, no se preocupe… Soy Gloria’-le hizo ver con toda la calma que
podía debido a la emoción que la consumía, extendiéndole según educación la
mano para estrechársela, el manager se tensó al ver que sin soltar a la niña
Rain extendió su mano para estrechar la pequeña mano de la mujer. El calor que
lleno a ambos adultos era placentero, sensacional, enternecedor, turbador,
emocionante, realmente ninguno de los dos podría decidirse por una palabra o mil
para describir lo que sintieron al tocarse. Rain no deseaba soltarla, pero
tenía un vuelo que tomar y por más que quisiera no tenía permitido perder el
vuelo. Gloria, u Okasan para sus cercanos, tampoco lo deseaba era como vivir un
sueño, pero había algo más… una sacudida poderosa sobre viejas cicatrices
sangrantes, se asustó en el fondo, pero dejo el miedo de lado cuando él la jalo
hacia sí mismo abrazándola por los hombros.
-‘Me alegra que
sepas quien soy, porque tus amigas no lo sabes…’-sonrío para ella-‘¿Una foto?’-era la
primera vez que era él quien pedía eso, pero no quería olvidar ese rostro
cariñoso, esas facciones de una mujer que luchaba contra todo con fuerza pese a
la calidez que transmitía, no, no quería olvidarla. Así que saco su propio
celular que se lo paso a uno de sus guardaespaldas- “Saca
una foto”-le indico en coreano abrazándose a la mujer por los hombros de
esta, y apoyando a la niña en su cadera. Apoyo su cabeza en la de ella-‘Di
Kimchi’-le pidió entusiasmado.
La niña reía así que no
necesitaba decir nada, pero los adultos… 1, 2, 3…Kimchi
Como se dijo, para ella era
un sueño todo aquello, pero uno mil veces mejor… no había sido ella la que
pidió la foto, fue él, fue el quien pregunto su nombre. El corazón de Okasan
estaba corriendo una maratón que ni siquiera por el padre de su hija había
corrido.
-‘¿Te
la envió?’-la sacó de su mente la varonil voz de Rain- ‘Dame tu número de celular para enviártela’-le pidió,
ella saco su teléfono del bolso para ver si tenía cobertura con sus mejillas
rosada; detalle que sin que ella lo notara Rain plasmo en una fotografía, lo
encontraba adorable; ¡Bendita sea su compañía!-‘¿Y?’-apremio,
entonces ella le dio su número de celular, sin recordar que si él solo quisiera
enviarle la foto podría hacerlo por Bluetooth- ‘Bien…
ya te envió’-sonó de pronto ‘I do’ como ringtong de la mujer. Momento
incómodo para ella.
-‘Bueno, yo te
dije que sabía quién eres ¿No?’-le
recordó ruborizada.
-‘Claro’-él
sonreía [de verdad su asesor estaba al borde de un ataque de histeria porque él
no se movía de lado de ella] feliz de ser el artista de esa mujer-‘Ese es mi número privado, no se lo des a nadie, por favor,
solo te lo doy a ti’-quiso parecer casual, pero bajo esas palabras había
un “No se lo des a nadie, pero si deseas llámame”-‘Debo
irme… sino quedare sin asesor’-al fin noto el estado de su gente. La
niña se había dormido en brazos de Rain.
-‘Esta bien… un
honor conocerte, de verdad me agrado muchísimo’-dijo ella y él se marchó- ‘¡Ey…Rain espera un
poco!-grito cuando el dio unos pasos.
-‘¿Sí?’-la
quedo mirando, saltando internamente al oírla llamarlo.
-‘Me
devuelves…’-sonrisa incomoda que ocultaba una risa-‘A mi hija’
-¿Eh?...-recién
noto que se llevaba a la niña, tan liviana para él que no notó que aun la
tenía-‘¡Claro…perdón!’-regreso y le dio a la
niña, un nuevo rocé de mano, y una corriente eléctrica directo al alma para
ambos. Se separaron, ella con la niña dormida y las emociones a flor de piel;
El con una extraña que se quedaría clavada en su retina, en la piel escaza que
toco y más aún… un extraña que se había colado en su corazón y estampado en su
alma, él es un artista, es un hombre con bastante sensibilidad, la suficiente
como para saber que esta fan, de esta fan se había enamorado en unos minutos.
-¡¡¡¡mujer
afortunada!!!!!-gritaron dos mujeres a espaldas de Okasan, claramente en
español al no ser entendidas por nadie que no fuese de su grupo, con el brillo
emocionado ardiendo en sus ojos, Alexandra, Jany según quien la llame, una
mujer de escaza altura y cabello oscuro había corrido con su hermana menor,
Miranda (Cho para los que quieran) que honestamente no parecía ser la menor con
su melena castaña, sus marcadísimas curvas y los diez centímetros de ventaja en
altura que le llevaba a su hermana.
-¿Qué?-Okasan se sentía
aturdida aun con los ocurrido recientemente y el corazón desbocado, si con
suerte aun podía mantener entre sus brazos a la niña-¿Eh?-las mira parpadeando
ida.
-¡Rain!!-les gritan las
hermanas y ella cae en cuenta de todo, frente a los ojos de las chicas.
-tengan alguien a la
niña-pide, la castaña de piel clara (Jany) le recibe a la pequeña,
inmediatamente Okasan intenta tomar asiento- no me late el corazón…-lleva la
mano a la altura del órgano, pero el grito emocionado no sale- Necesito beber
algo fuerte y… no sé, creo que podría morir feliz ahora mismo-y nota como sus
mejillas le arden.
-En el Hotel tendrás tu cosa
fuerte…vámonos-la sonrisa de la pelioscura de melena corta (Hana) adelantándose
con su equipaje y parte del que era de la mayor- Aun nos queda toda una odisea
para llegar…-el malestar por el amigo abandonado paso al ver los ojos
brillantes de su querida amiga- Cuando reacciones nos ayudas con tus cosas…-y
en silencio comenzaron a caminar hacia la salida, sin saber la aventura que les
espera vivir aun.